La oracion la Salve es una oración que expresa nuestro amor a la Virgen María, Madre de Jesucristo, que usa las palabras de las Escrituras y luego pide su ayuda a la hora de nuestras necesidades. Es una hermosa oración que se conoce como el “Saludo de la Santísima Virgen”.
En el Evangelio de Lucas, se encuentran los dos versículos que componen a la oración “Ave María”. La primera parte de la oración se refiere a la Anunciación, cuando el ángel Gabriel saluda a María diciéndole
“¡Salve, llena de gracia, el Señor es contigo!” (Lucas 1:28).
La segunda parte corresponde a la Visitación, cuando Isabel prima de María la saluda con estas palabras: “¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!” (Lucas 1:42). Y a pesar que la oración la Salve proviene de la biblia, estos dos versículos fueron juntados por los cristianos en el siglo XI.
✝️ La Oración Dios te Salve María como Saludo Angelical.
Tabla de Contenido
Cuando rezamos la primera parte de la oración.
“Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre las mujeres”
Estamos dándole un Saludo Angelical a la Virgen María y a su vez ofrecemos una alabanza a Dios dándole gracias por sus dones celestiales.
En esta forma de dar las gracias, la iglesia católica ha añadido oraciones e invocaciones a la Madre de Dios, por las cuales volvemos humildemente a su regazo para que ella con su amor divino interceda por la amistad entre nosotros y Dios, para llenarnos de las bendiciones que necesitamos para esta vida y la venidera.
🙏 Oración la salve “Ave María”
Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo.
Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito eres el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén!
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a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos
y, después de este destierro, muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clemente! ¡oh piadosa! ¡oh dulce Virgen María!
Ruega por nosotros santa Madre de Dios,
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas
de nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
En esta oración se le suplica fervientemente a la Madre de la misericordia, a la abogada de los fieles, que ore por los exiliados Hijos de Eva que habitan en este valle de lágrimas, para obtener de ella su asistencia y ayuda sincera.
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